Francia celebró su Día Nacional para recordar la toma de la Bastilla, con el tradicional desfile militar en los Campos Elíseos y un concierto seguido por fuegos artificiales con la Torre Eiffel como testigo.

Después de dos años de restricciones por la Covid-19, los festejos regresarón en todo su esplendor, aunque la pandemia sigue presente y por estos días rebrota con fuerza.
El presidente Emmanuel Macron encabezó el acto central en la avenida más famosa de Francia, por donde desfilarán más de seis mil efectivos, además de 181 vehículos blindados, 64 aviones y 25 helicópteros.
La parada militar se enmarcará en un contexto de tensión por el conflicto en Ucrania, y en ese sentido la Presidencia adelantó que “la idea es mostrar solidaridad estratégica con los aliados”, en alusión a la OTAN y su alineamiento contra Rusia.


Instituida en 1880, esta fecha conmemora al mismo tiempo la Caída de la Bastilla el 14 de julio de 1789, que marca el fin de la monarquía absoluta, y la Fiesta de la Federación el 14 de julio de 1790.
La toma de la Bastilla es una primera victoria del pueblo de París sobre un símbolo del Antiguo Régimen. En los meses que siguieron, se demolió por completo el edificio de la fortaleza.
En la “Fiesta de la Federación”, el 14 de julio de 1790, se celebra con gran pompa el primer aniversario de la insurrección. En París, en el Campo de Marte, Talleyrand celebra una gran misa en el altar de la patria.
En los primeros meses de la Revolución Francesa, reina una gran agitación en París. En la primavera de 1789, los Estados Generales, negándose a disolverse, se han transformado en Asamblea Nacional Constituyente. En julio, el rey Luis XVI llama a más tropas y destituye a Necker, un ministro popular. En la mañana del 14 de julio, el pueblo de París toma las armas en los Inválidos y se encamina hacia una vieja fortaleza real: la Bastilla. Después de un sangriento tiroteo, se apodera de ella y pone en libertad a los pocos allí encarcelados.