José Eduardo dos Santos, que dirigió Angola durante 38 años, murió el pasado viernes 8 de julio en la clínica en la que llevaba dos semanas hospitalizado por una parada cardiorespiratoria, en Barcelona (España), anunció el gobierno de su país.
«El gobierno angoleño informa con gran dolor y consternación del fallecimiento» de Dos Santos, de 79 años, recoge un breve mensaje del gobierno en Facebook, en el que se explicaba que el expresidente murió por la mañana (hora local), citó AFP.
El Ejecutivo angoleño «se inclina con el mayor respeto y consideración» ante esta figura «histórica» que «gobernó con claridad y humanismo el destino de la nación angoleña durante años muy difíciles», añade el comunicado.
Su sucesor al frente de este Estado africano lusoparlante, rico en petróleo, el actual presidente Joao Lourenço, decretó cinco días de luto en su memoria a partir del sábado.
La familia de Dos Santos había explicado a principios de mes que el exjefe del Estado sufrió el 23 de junio una «parada cardiorespiratoria», y estaba hospitalizado desde entonces en cuidados intensivos.
A principios de semana, Tchizé dos Santos, una de sus hijas (opuesta al presidente actual) presentó una denuncia ante la policía por un «presunto delito de homicidio en grado de tentativa» contra su padre.
Su hija desea que el cuerpo de su padre sea sometido a una autopsia, por «miedo» a que sea repatriado a Angola, afirmó en un comunicado enviado a la AFP.
Nacido en un barrio de chabolas, Dos Santos, uno de los líderes africanos que más tiempo se mantuvo en el poder, fue acusado de aprovecharse de los recursos del país en beneficio propio.
Este antiguo revolucionario marxista dejó las riendas de su país, uno de los más pobres de África, en 2017.
